“Divertirse sin contaminar, ni nuestra vida arriesgar”

Los fuegos artificiales crean gases y contaminantes tóxicos para las aves, mascotas, animales de granja - y la gente. Esto, además de ser una fuente de estrés para la fauna, ocasionan incendios forestales, propician graves lesiones a las personas que los utilizan, y desencadenan episodios en aquellas personas que sufren Síndrome de Estrés Post Postraumático.

Los fuegos artificiales son mucho más que pólvora. Los colores de los fuegos artificiales provienen de sales metálicas sólidas y explosivos químicos que se calientan a las temperaturas correctas. Entre estos compuestos se encuentran:

  • Cobre y bario para los tonos verdes o azules,
  • Calcio o estroncio para los rojos,
  • Sodio para los dorados, amarillos o naranjas,
  • Litio para el color rosa,
  • Aluminio para chispas plateadas y blancas, y
  • Antimonio para destellos,

Además, comúnmente se usa de perclorato de potasio o de amonio como oxidantes.

Las sales de metales y explosivos en los fuegos artificiales sufren cambios químicos mediante la combinación con oxígeno (combustión). Este producto químico reacción libera humo y gases, tales como dióxido de carbono, monóxido de carbono, y nitrógeno; gases de efecto invernadero primarios, responsables del cambio climático.

Durante la explosión, estas sales metálicas no se "queman", sino que terminan como aerosoles que envenenan el aire, el agua y el suelo. Cuando se inhalan o ingieren, estos metales pueden causar una gran variedad de reacciones a corto y largo plazo, que van desde vómitos, diarrea o ataques de asma, hasta enfermedades renales, efectos cardiotóxicos y una variedad de cánceres.

Los contaminantes liberados por los fuegos artificiales viajan lejos de su origen. Varios estudios revelaron que, en climas templados, los metales pesados ​​etiquetados utilizados en pirotecnia recorrieron 100 km (62 millas) con el viento durante un período de dos días. Estos metales pesados ​​se suman a la contaminación no solamente del aire, puesto que son arrastrados por la lluvia, acumulándose en las cuencas locales.

Un trabajo publicado hace unos años en la revista científica "Environmental Science & Technology" documentaba el aumento de concentraciones de perclorato en lagos de Estados Unidos cercanos a espectáculos pirotécnicos desde 2004 a 2006. Los investigadores encontraron aumentos de entre 24 y 1.028 veces la concentración media de estos compuestos en el agua a lo largo de las 14 horas siguientes a los fuegos artificiales, registrándose las mayores cantidades en la celebración del 4 de julio, Día de la Independencia de EEUU.

Por todo lo anterior, es importante optar por actividades para celebrar eventos importantes, en sustitución de los cohetes, sin dañar la salud de las personas, alterar a la fauna ni contaminar el medio ambiente. No truenes cohetes Evitemos contingencias ambientales Denuncia al 911

 

Fuentes: 

https://www.forbes.com/sites/grrlscientist/2019/12/31/festive-fireworks-create-harmful-pall-of-pollution/#4cbfbc762853

https://blogs.elpais.com/eco-lab/2010/07/el-impacto-ambiental-de-los-fuegos-artificiales.html